Hoy, en este día tan especial y con estas palabras, nuestro modesto homenaje a Don Rodolfo "Táliche".
Quizás seamos la única especie de nuestro tipo en toda la galaxia, pero solo representamos una entre miríadas de formas de vida que han evolucionado en el planeta Tierra en los últimos 4.000 millones de años. Aunque compartamos el 98.3 % de nuestros genes con los chimpancés, nuestra especie " homo sapiens,sapiens" esta evolucionando en una dirección muy diferente. Menos del 2 % de nuestros genes nos ha permitido, para bien o para mal fundar civilizaciones, religiones, sistemas económicos y políticos, desarrollar lenguajes intrincados, crear arte y fundamentar con principios científicos. Sin embargo, ese mismo potencial nos ha proporcionado la capacidad de destruir en muy pocos años, todos nuestros logros de la noche a la mañana.
Se supone que gracias al progreso y la evolución vivimos en un mundo de abundancia y sin embargo la mayoría vive como depredadores que intentan consumir y acumular todo lo que pueden. A pesar de considerarnos modernos y civilizados, seguimos viviendo como los salvajes desamparados que alguna vez fuimos cientos de miles de años atrás, mientras estábamos a merced de otras especies animales y enfermedades. La mayor parte del tiempo nos comportamos como un batallón de "simios" peleándose por un árbol frutal, pero no queremos reconocerle. Seguimos siendo demasiado codiciosos y miopes y estamos divididos en tribus enfrentadas a la hora de tomar decisiones sabias a largo plazo.
Cada especie y cada ecosistema añaden riqueza y belleza a toda la vida sobre la Tierra, cada especie es única y tiene derecho a existir. Todas son merecedoras de respeto, independientemente de su valor económico, para lo que entendemos en esta época, por el concepto de "seres humanos" .
Destruir cualquier cosa es grotesco y bárbaro, pero en el mundo de hoy, destruir vida, en particular, es absolutamente repulsivo; porque si no puedes crear vida, no tienes ningún derecho a destruirla.
Dijo Rodolfo Taliche : “ EL HOMBRE ES EL ÚNICO ANIMAL CAPAZ DE MATAR A OTRO SER DE SU MISMA ESPECIE, CAPAZ DE GENOCIDIOS, DE TORTURAS INVEROSÍMILES, PORQUE LA EVOLUCIÓN SE EQUIVOCÓ, PUSO AL HOMBRE EL CEREBRO DE LA INTELIGENCIA, DEL AMOR PLATÓNICO, DE LA CREATIVIDAD, DE LA POESÍA, DE LA MÚSICA, LA ALEVOSÍA Y TAMBIÉN DE LA SANGRE, PERO LO SEPARÓ DEL CEREBRO, DEL INSTINTO, EL QUE HACE QUE UN LEÓN JAMÁS MATE A OTRO LEÓN QUE HA DOBLEGADO EN LA LUCHA”
Fue miembro titular y presidente de la Academia de Medicina y de la Academia Nacional de Letras, Presidente de la Asociación Etoecológica del Uruguay, Profesor Emérito de la Facultad y luego decano. Recibió además condecoraciones varias en países como Francia, Italia, Egipto y Brasil y fue primer socio de Honor del Sindicato Médico del Uruguay.
Publicó más de doscientas publicaciones nacionales e internacionales y treinta libros, catorce de ellos sobre Etoecología.
Se postuló como candidato a la Presidencia de la República, al Senado y a la Cámara de Diputados en las elecciones de 1989 y nuevamente en las elecciones de 1994 por el Partido Verde Eto-Ecologista.
Cuales eran sus sueños, cuales eran sus juegos de niño?
Siempre tuve la suerte de vivir en casas grandes, con jardín, y desde chico me apegué a los animales y a las plantas. Resulta que mi madre era asmática y por ello teníamos que mudarnos seguido, creo haber conocido todos los barrios de Montevideo, en La Aguada, Sayago, Cordón, Parque Rodó y hasta en el Prado. ( De este último barrio le gusta recordar cuando con sus amigos se bañaban y pescaban en las por entonces limpias e incontaminadas aguas del arroyo Miguelete.)
¿Y su sueño cual era?
Yo soñaba con ser médico, me gustaban los “bichos” y las plantas también…
¿Cómo ve al hombre actual?
Lo veo cada día más desubicado, la humanidad nunca fue más agresiva que ahora, estamos pagando tributo a la inseguridad social… Antes se podía dormir, hasta con la puerta abierta de las casas…
¿Qué fue lo que cambió?
El bienestar humano en general, se vive más apresurado, con más técnicas, con más locomoción , pero hay menos solidaridad. Antes era normal que los abuelos vivieran con los nietos, hoy el abuelo por un lado y el nieto por otro, la familia ha menguado, no es la familia de antes…
¿No se tiene tiempo para escuchar al abuelo?
NO, no se tiene tiempo, se vive muy rápido, se vive con más aparatos, pero lo que falta es la unión de la familia, el diálogo…
¿Qué me dice si le digo pobreza?
Me da mucha lastima, siempre hubo, pero al ver como vive esa gente, la verdad que me da mucha tristeza… En una oportunidad me tocó hacer un estudio social en las cárceles y tuvimos que visitar como vivían en sus casas la gente que había cometido delitos graves… En la mayoría de los casos comprobamos la falta de apego madre e hijo…
¿Al nacer el niño , como es el cambio?
Los niños salen de un mundo totalmente protegido y se encuentran en otro totalmente distinto. La salvación de la humanidad consiste en estudiar el comportamiento humano desde la formación del genoma, durante el embarazo es una etapa principal, el parto tiene que ser acompañado por el padre, en silencio, muy suave, el recién nacido debe permanecer dos años por lo menos junto a la madre…Una separación de un mes y altera el comportamiento normal del chico. Durante el embarazo hay que tener mucho cuidado con todo lo que rodea al niño en formación…
¿Qué causaría su mayor felicidad?
Ver aplicado el comportamiento humano en todas las actividades del hombre en la tierra, porque la humanidad se está suicidando, cada día es mayor la agresividad. La paz es un mito, nada más que pensar en Ecuador, en Colombia, en Cercano Oriente, en todos lados sigue habiendo guerra, el hombre no ha encontrado la forma de vivir en paz.
¿Cuál es su mayor virtud?
La paciencia, la perseverancia, la capacidad de insistir y de trabajar, hasta hace poco trabajaba todo el día, pero hecho tanta cosa…
Dr. Tálice , le voy a pedir un mensaje para todo el URUGUAY.
" Mi mensaje es que el hombre aprenda a comprender el comportamiento, hay que preocuparse de él, que solamente comprendiéndolo y aplicando las normas del comportamiento humano se podrá salvar el Planeta y la humanidad, la etología es la ciencia de lo que somos, lo que hacemos y cómo lo hacemos "
Biografía Talice nació en Montevideo el 2 de mayo de 1899, en el seno de una familia de inmigrantes. A él le gustaba decir que por sus venas corría sangre latina por tres vertientes: italiana, por su padre, española, por su madre y también francesa, por su esposa.
Sus primeros recuerdos, como solía contar, se remontaban a la primera década de este siglo a punto de finalizar, cuando su familia se mudó a Pocitos, a la calle Pereyra Nº 8, en una manzana en la que había nada más que cuatro casas: «La de los Moretti, la de los Algorta, la de las lavanderas y la nuestra». Sin embargo, y por la salud de su madre, que era asmática, vivió en numerosos barrios de la capital: La Aguada, Sayago, Cordón, Parque Rodó y hasta en el Prado. De este último barrio le gustaba recordar cuando con sus amigos se bañaba y pescaba en las por entonces limpias e incontamidas aguas del arroyo Miguelete.
Sus estudios primarios fueron en el Colegio Elbio Fernández y secundarios en el Liceo N° 35 hoy llamado Alfredo Vázquez Acevedo.
Desde muy pequeño Talice mostró interés por los bichos y las plantas, pues según afirmaba: «Siempre viví en casas con jardines, árboles y bichos». Pero su vocación por la medicina se despertaría en la adolescencia cuando leyó una obra del histólogo español y Premio Nobel de Medicina Santiago Ramón y Cajal. Y su ingreso a la Facultad de Medicina se concretaría en 1918, luego de una conversación que mantuvo con un tío militar, intendente de Rivera, que lo convenció que su vocación era la de médico y no la de odontólogo como inicialmente había pensado.
Cursó en la Facultad de Medicina de la Universidad de la República graduándose en 1924. Fue el primer parasitólogo académico uruguayo, profesor titular durante 30 años de esa disciplina. Publicó el primer caso de la enfermedad de Chagas en Uruguay, y realizó numerosos trabajos al respecto. Investigó sobre la Etoecología, la Ecología y la fauna de Uruguay, pionero en la utilización de los medios de comunicación para la divulgación de la ciencia en Uruguay.
En su formación como médico jugaron un papel fundamental: Américo Ricaldoni, Alfredo Navarro y Ángel Garminara. «No sólo me enseñaron medicina, sino que me enseñaron la vida», comentaba Talice cuando evocaba a sus maestros de la facultad, a quienes no dudaba en calificar de «verdaderos mentores». «De ellos aprendí a estudiar a los enfermos con todos los sensores humanos: oído, vista y tacto», comentaba y agregaba «me hicieron comprender también la importancia del coloquio entre el enfermo y el médico. A veces la conversación es tan o más eficaz que los medicamentos», aseveraba.
Luego de su egreso de la facultad en 1924, Talice comenzó a ejercer la medicina en Maroñas, en una pequeña casa que quedaba pegada a la parroquia. Poco después ganaría su primera beca para estudiar en Francia, donde conoció a la que luego fue su esposa: Madelaine Lacombe. A su regreso de Francia empezó una brillante carrera docente que lo llevaría a través de concursos a escalar todos los peldaños de la docencia universitaria hasta llegar a ser durante dos períodos decano de la Facultad de Humanidades y Ciencias, vicerrector y rector de la Universidad de la República. Su participación en la Guerra del Chaco como médico elegido por la entonces Liga de las Naciones, el descubrimiento de los primeros casos del mal de Chagas en nuestro país, luego de conocer a Carlos Chagas en Rio de Janeiro, sus permanentes investigaciones en el Instituto de Higiene, la creación del Instituto de Cine Científico de la Universidad de la República y el impulso que le dio a la Eto-Ecología, hasta entonces una ciencia desconocida en Uruguay, tras entablar amistad en Francia con Konrad Lorenz.
Fue decano de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Universidad de la República en dos períodos consecutivos en 1959 - 1963 y 1963 - 1968. Ocupó la catedra de Biología General y Experimental de la misma.
Miembro titular y presidente de la Academia de Medicina y de la Academia de Letras, Presidente de la Asociación Etoecológica del Uruguay, Profesor Eméritos de la Facultad, luego decano y habiendo recibido además condecoraciones varias en países como Francia, Italia, Egipto y Brasil y primer socio de Honor del Sindicato Médico del Uruguay.
Publicó más de 200 publicaciones nacionales e internacionales y sus 30 libros, 14 de ellos sobre Eto-Ecología.
Talice fue un pionero en todos los órdenes de su vida. Fue el primer médico que a comienzos de los años setenta comprendió la importancia de los medios de comunicación, en tiempos en que en los ámbitos académicos y científicos era mal visto que un médico hablara por radio o enfrentara a una cámara de televisión. Y fue con su espíritu de visionario que aceptó la invitación que le formuló el periodista Néber Araújo para realizar un ciclo de charlas en el entonces naciente programa radial «En Vivo y en Directo», de CX8 Radio Sarandí dirigida por Jorge Nelson Mullins. Lo que comenzó como un breve ciclo de charlas pensado para un par de meses, se prolongó, por su calidad y éxito de audiencia, durante más de 18 años hasta convertirse en un clásico de la radio.
Se postuló como candidato a la Presidencia de la República, al Senado y a la Cámara de Diputados en las elecciones de 1989 y nuevamente en las elecciones de 1994 por el Partido Verde Eto-Ecologista, logrando en la primera oportunidad 11.000 votos (0,55 % del electorado) y 5.500 en la segunda (0,27%).
El propio Néber Araújo en un homenaje que Radio Sarandí le tributó a Talice en mayo de 1989, cuando éste cumplió sus 90 años dijo: «Quiero rescatar en este momento la dimensión del sentimiento, la dimensión del afecto, la dimensión de la tremenda amistad que sentimos hacia el doctor Rodolfo Talice. Yo creo que puedo invocar además el nombre de toda la audiencia, esa audiencia que él ha contribuido tan sustancialmente a enriquecer desde los micrófonos de CX8 Radio Sarandí. Quiero decir simplemente que el doctor Talice, como todos los hombres grandes, con acciones que a veces parecen insignificantes ha abierto una puerta enorme para estos medios de comunicación, particularmente para la radio. Hay un antes y un después, y creo que no estoy magnificando nada, a la presencia del doctor Talice ante los micrófonos de Radio Sarandí y esto lo extiendo a la radio telefonía en general. Un medio en que antes que el doctor Talice generosamente resolviera compartir el mensaje cotidiano de Sarandí, tropezaba con tremendas dificultades para aproximarse a figuras del ambiente científico. Hacía falta que alguien, un pionero como lo ha sido el doctor Talice en tantas cosas, diera el paso adelante. Y dijera sí a estos espléndidos medios de comunicación, tan poderosos, que cotidianamente se introducen en nuestras casas, modifican nuestros modos de pensar, nos dictan de pronto, sin pretenderlo, nuevas normas para nuestra existencia, no permanezcan más ajenos a esa formidable y avasallante presencia de la ciencia en nuestro tiempo. Y yo estoy dispuesto a acompañarlos, con el lenguaje que reclama este medio además, alejado de la sofisticación y el tecnicismo que existe en la comunicación del medio científico. Hablar de corazón a corazón. Transitando la ciencia, pero haciendo llegar el mensaje científico al entendimiento de la vastísima y heterogénea platea que es el auditorio de una radio. Y la presencia del doctor Talice, me consta, ha alentado a muchas figuras del mundo de la ciencia, que tenían una visión prejuiciada con respecto a los medios de comunicación, a seguir su camino».
Condecorado con el Premio a la Labor Intelectual 1990, otorgado por el Ministerio de Educación y Cultura de Uruguay. Y con el Primer premio Nacional del Medio Ambiente 1991, otorgado por el Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente de Uruguay.
Visitar al doctor Talice en su casa podía deparar muchas sorpresas. Es que al traspasar la puerta de su apartamento de avenida Brasil, uno se encontraba con una sencilla vivienda alahajada con muy pocos muebles, los imprescindibles. No quedaba ninguna duda que aquel hombre había apostado toda su vida a la docencia y a la investigación científica. En el living, arrimada al ventanal, una mesa sobre la que reposaba desde hacía muchos años un gigantesco rompecabezas, de más de 3.000 pequeñas piezas, en el que se dibujaba un gran océano. Cada día Talice, luego de horas de observación, ampliaba ese mar inmenso. «Es muy bueno para mantener ágil la mente» decía, mientras colocaba una nueva pieza. En un rincón y sobre una mesa ratona exhibía con orgullo sus trofeos obtenidos en campeonatos de tenis y de golf. «El tenis fue una de mis pasiones hasta los 50 años, luego me dediqué al golf» afirmaba. Deporte que practicó, hasta los 94 años, cuatro veces por semana, jugando 18 hoyos cada vez. Y por todos lados libros y carpetas. En una de esas carpetas, Talice guardaba su colección de chistes. Eran más de 400. A los que permanentemente recurría en sus escasos ratos de ocio. Porque para él, el sentido del humor era una herramienta imprescindible para vivir cada día. Y pese a que la vida también le hizo beber tragos amargos, como la muerte de su esposa en 1962, o el ultraje al que fue sometido por los militares en 1975 cuando lo detuvieron, nunca perdió su sonrisa y mucho menos sus modales de caballero español.
En varias oportunidades se le pregunto cuál era el secreto de su eterna juventud y él decía «hay que saber administrar la vida». Y cómo se administra bien la vida. «Haciendo lo que uno puede hacer y no lo que le cuesta hacer. Viviendo más de día que de noche. Queriendo mucho. Sintiendo los sentimientos, hacia la mujer, los hijos, los nietos, la familia toda. Queriendo al paisaje y a la naturaleza. No haciendo locuras, no al menos muy a menudo. Porque ¿quién no ha hecho alguna que otra locura? No fumar. Beber alcohol, pero en dosis muy razonables. Riéndose mucho. Riendo siempre. Todos los días»
Designado el 16 de abril de 1999 como el séptimo Académico de Honor, de la Academia Nacional de Letras del Uruguay. Falleció a los 100 años y 1 mes, en plena actividad pese a su longevidad.
En su homenaje, se creó en el Departamento de Flores, Uruguay, la Reserva Fauna y Flora Dr. Rodolfo Tálice, ubicada en la Ruta 3 km 204 (a escasos 3 km de la ciudad de Trinidad). De entrada gratuita, todos los días del año.
Libros
- Mendel - Enciclopedia del Pensamiento Especial (1968)
- Mamíferos autóctonos - Nuestra Tierra (1969)
- Cuentos, confesiones y conferencias (1969)
- El Hombre, Agresión y Vinculación (1976)
- Vejentud: Humano Tesoro (1979)
- 10 x 10 comportamientos destacables en los animales y en el hombre (1982)
- Vocabulario científico universal algunas precisiones terminológicas (1988)
- Bichos del terruño - Colección Referencias (1992)
- Juventud - Humano tesoro el arte de vivir intensamente 100 años (1992)
- El Sorprendente Cuerpo Humano (1993)
- Enfermedades parasitarias del hombre y parásitos de interés médico etiología, epidemiología, patología, clínica, diagnóstico, tratamiento, profilaxis (1994)
- Condiciones Para un Mañana Digno. El Punto de Vista Etológico (1994)
- Comportamientos Destacables en los Animales y en el Hombre (-)
- Etoecología Práctica (-)
- Carta Abierta a Futuros Padres y Madres (-)
- Estudio epidemiológico sobre la enfermedad de Chapas de la zona epidémica del Uruguay (1952)
- Investigaciones sobre los roedores autóctonos del género Ctenomys ("Tucu-Tucu") especialmente desde el punto de vista biológico (1954)
- Estudio monográfico sobre Ctenomys torquatus "Tucu-Tucu" especialmente desde el punto de vista biológico (1954)
- Nuevas investigaciones sobre el comportamiento natural y experimental del roedor autóctono Ctenomys torquatus ("Tucu-Tucu") (1955)
- Geografía de la Vida - Nuestra Tierra (1969)
- Manual Práctico de Hongos Comestibles (-)
- Hongos Comestibles de la América Meridional, cómo se recogen, cómo se reconocen, cómo se distinguen de los venenosos, cómo se preparan (1963)
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