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El Partido Ecologista Radical Intransigente en el Paraninfo de la Universidad de la República

El megaproyecto de ajos como alternativa a Aratirí.
                
               
                    

El candidato del Partido Ecologista Radical Intransigente utilizó ajos orgánicos plantados en su campo para demostrar que Uruguay puede producirlos y dar trabajo a 40 mil personas.


Fuente diario  El Observador//30/07/2014

Cuando le tocó hablar al candidato del Partido Ecologista Radical Intransigente, César Vega, puso arriba de la mesa una ristra de ajos orgánicos plantados en su campo. Dijo que los llevaba para demostrar que en Uruguay se puede producir ese alimento, aunque también fue el pie para su propuesta alternativa al proyecto de Aratirí.
Según dijo, si en Uruguay se plantan 10.000 hectáreas de ajo, se obtienen por año “por lo menos” US$ 900 millones, y además se le da trabajo a 40.000 personas. El planteo generó hilaridad en algunos de los presentes, pero Vega insistió con su propuesta. “Nadie va a decir que no es viable. Da trabajo por los siglos de los siglos, amén”, arengó el barbado candidato ecologista. Bordaberry lo tenía al lado y escuchó atento su planteo. Al final le pidió un ajo, y se llevó una cabeza para su casa.

El único que desentonó en ese discurso armónico para las orejas de los ambientalistas fue Pablo Mieres. Pero el candidato independiente aclaró que había ido “a dar la cara” a pesar de llevar un discurso “diferente” a los demás. A su juicio, la megaminería en Uruguay puede tener cabida como cualquier otra actividad productiva, siempre y cuando sea “responsable” y “sostenible”. El público respetó a Mieres, pero de la platea del Paraninfo de la Universidad de la República (que estaba repleto) surgieron abucheros y alguno le gritó “vendido”. Los planteos fueron, de todos modos, muy distintos. Aunque hubo aplausos para todos.
Lacalle Pou, que fue el primero en hablar porque ganó el sorteo, dijo de entrada que el país no puede “negociar” el “derecho ambiental”, y en la cara de muchos de los presentes se comenzaba a dibujar una sonrisa. El postulante blanco les recordó a los presentes que había sido él quien, por primera vez, llevó a tres ministros al Parlamento para interpelarlos. Y fue por el tema Aratirí. Recordó haber visitado lugares en el mundo con malas experiencias de cierre de minas, e  incluso se metió con el proyecto concreto de la minera de origen indio. Dijo que Aratirí no es una empresa minera y se quejó porque proponga “solo” extracción y no producción del hierro a la vez. En todo momento Lacalle Pou fue consciente de a quién le estaba hablando. En un pasaje de su exposición planteó que los presentes eran “militantes de la causa”. Por eso, al final, aseguró que no había ido a “dar manija”, pero sí a llevar su “compromiso” contra la instalación de la megaminería.
Bordaberry, en cambio, repitió más de una vez que tenía la mente abierta para que lo convencieran. Pero en ningún momento dudó en oponerse al proyecto de Aratirí, con lo que también cosechó aplausos y aprobación. Al principio de su discurso, que fue apoyado de un power point, repasó las experiencias mineras en Uruguay, como para decir que el tema no era nuevo en el país. Fue allí que apuró sus conclusiones, porque, dijo, veía “algunas caras” de los presentes con gestos adustos de desaprobación. “Hay una minería ambientalmente amigable, pero la que tiene problemas es la metalífera a cielo abierto”, dijo, y más de uno en la platea suspiró. También criticó al gobierno por querer firmar un contrato con Aratirí antes de terminar el período. El candidato colorado también abonó la tesis ambientalista, y aseguró que “el aire en Valentines (Treinta y Tres) va a ser mediocre o muy malo” si se lleva adelante el proyecto minero.
Abella, de Unidad Popular, repartió adjetivos contra la empresa india y la actividad minera a cielo abierto. Dijo que el proyecto de Aratirí era un “saqueo voraz de las transnacionales” que quieren  “destruir a los pueblos”. También aseguró que si la minera se instala, la gente de la zona no podrá colgar a secar la ropa porque la “lluvia ácida” se la va a agujerear.
Vega, del PERI, llevó un proyecto alternativo al de Aratirí pero con una plantación de ajos orgánicos. Eso le dio pie a Fernández, del Partido de los Trabajadores, para decir que el pueblo uruguayo debería “clavarle una estaca” en el pecho, cual vampiro, al proyecto “podrido, corrupto y saqueador” de Aratirí.

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