El hombre ha llegado al extremo de romper los límites naturales entre las especies e incluso entre reinos, como en el caso que introduce genes de bacterias en la soja para conferirle resistencia a un herbicida. Esto ha sido facilitado por la biotecnología y su amiga la ingeniera genética creando así los “alimentos” transgénicos.
Muchos de los genes usados en esta clase de alimentos no habrían integrado JAMÁS la dieta humana si no fuera por la ingeniería genética por lo que es imposible saber cuáles serán los efectos de la ingesta de estos genes sobre nuestra salud a mediano y largo plazo. LOS TRANSGÉNICOS SON SERES EXTRAÑOS EN NUESTRA DIETA.
Cada vez más estudios científicos evidencian los POTENCIALES PELIGROS para la salud de los consumidores de transgénicos, producen desde alergias hasta reacciones inmunológicas más serias, como mal funcionamiento o atrofia de órganos internos, aumento de nivel de glóbulos blancos, hemorragias, cambios genéticos y bioquímicos que los hacen más susceptibles a enfermedades, como resistencia a antibióticos y hasta la enfermedad de moda, el CÁNCER.
Los cultivos transgénicos aparecieron en EE.UU. en 1996 y en Uruguay están autorizados desde el año 2003, hoy los “alimentos” transgénicos están presentes todos los días de nuestras vidas cuando comemos, practicamente TODOS los alimentos que compramos en los supermercados SON TRANSGÉNICOS o tienen componentes que lo son, desde las hamburguesas y el aceite hasta la polenta, los refrescos y alimentos para bebés.
El desarrollo de alimentos transgénicos y el uso de productos agroquímico-tóxicos, inherentes para su cultivo, acaban con la biodiversidad, con la producción orgánica, DESTRUYEN la tierra, ENFERMAN a las comunidades locales, ENVENAN los cursos de agua y nos hace PERDER la soberanía alimentaria, volviendonos dependientes de unas seis empresas que controlan el negocio de las semillas transgénicas: Monsanto, Dupont, Syngenta, Bayer, Dow, Basf. Son también las seis mayores en el mercado mundial de agrotóxicos.
La CONTAMINACIÓN genética provocada por estos cultivos pone en un PELIGRO sin precedentes a variedades y especies cultivadas tradicionalmente, poniendo en serio RIESGO la supervivencia de la especie humana.
Los cultivos TRANSGÉNICOS están PROHIBIDOS en casi la totalidad de los países de la Unión Europea, también recientemente en Perú y en Bolivia. El etiquetado también es obligatorio hasta en el alimento para perros que se produce en Brasil.
El etiquetado de alimentos es el principal medio de comunicación entre los productores de alimentos y los consumidores finales por eso EXIGE ETIQUETADO DE TRANSGÉNICOS.
En Uruguay al momento sólo están autorizados la soja y el maíz transgénico y se destinan principalmente para engordar ganado en los países ricos. En relación a su territorio, Uruguay ocupa junto con Paraguay, el 1er. lugar de producción de transgénicos del mundo. A nivel mundial también existen otros transgénicos, como papa, tomate, arroz, palma, canola, algodón, etc. En junio de 2011, el Gabinete Nacional de Bioseguridad resuelve autorizar cinco NUEVOS TRANSGÉNICOS de maíz, para producción y uso comercial para consumo directo o procesamiento.
Para la zafra 2010/2011, se sembró en Uruguay una superficie de aproximadamente 1.000.000 de hectáreas de soja transgénica, esto es aproximadamente 20 veces el departamento de Montevideo, en tanto que para el maíz transgénico la superficie alcanzó las 95.000 hectáreas, unas 2 veces Montevideo.
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