El Día del niño se comenzó a conmemorar luego de la Primera Guerra Mundial, luego de que Eglantyne Jebb, preocupada por lo que sufrían, fundó la organización Save the Children, la cual con ayuda del Comité Internacional de la Cruz Roja impulsó la adopción de la primera Declaración fue los Derechos de los Niños.
En 1925, durante la Conferencia Mundial sobre el Bienestar de los Niños, llevada a cabo en Ginebra, se declaró por primera vez, el Día Internacional del Niño, señalando para tal efecto el 1 de junio.
En 1954, la Asamblea General de las Naciones Unidas, mediante la resolución 836 (IX) del 14 de diciembre, recomendó que se instituyera en todos los países un Día Universal del Niño y sugirió a los gobiernos que celebraran dicho día en la fecha que cada uno de ellos estimara conveniente.
En Uruguay, ya que muchas personas no cobran su sueldo los primeros días del mes, el Día (comercial) del Niño, suele festejarse el segundo domingo de agosto. Según la Organización de las Naciones Unidas, se debe realizar el tercer domingo de agosto de cada año y debe incluir actividades para la promoción del bienestar y de sus derechos, además de dedicarse a la fraternidad y la comprensión entre ellos.
“Lo que propongo no es un regreso nostálgico a una infancia que ya no existe , yo no me considero un padre anti-tecnológico, pero está claro que hace falta un equilibrio... Cuanta más tecnología incorporamos a nuestras vidas, más necesario es el contacto con la naturaleza, precisamente para compensar nuestra exposición a entornos artificiales”.
( Richard Louv )
, jugando a béisbol, al la escondida, montando una bicicleta y construyendo casas en los arboles. Los niños de la ciudad no eran diferentes; jugaban en la calle, se subían a los arboles, salían por ahí, y volvían con las rodillas magulladas o manchadas de barro . Sin embargo, hoy en día numerosas modas han logrado desconectar a los niños del exterior, dice Richard Louv
El ultimo niño en los bosques, acuñando, para este distanciamiento, el nuevo termino << trastorno por déficit de naturaleza >>. Los niños viven estresados y su vida se rige por horarios; la presión académica para más tareas, más tiempo de permanencia en el aula y en la escuela, ahora les llevamos al colegio, del coche a las actividades extraescolares, al ballet, al patín, a las clases de música, canto, baile, luego al fútbol y después delante del televisor, mensajes de texto, la tablet, Internet y encuentros con los juegos de vídeo consolas (PlayStation , Wii, Xbox, etc...) . Los juegos estructurados y controlados en espacios reducidos o diseñados no aportan lo mismo y disminuyen la curiosidad y creatividad. La tecnología es cómplice de ello: los niños están súper ocupados y estimulados, juegan dentro de casa «porque es allí donde están los enchufes eléctricos», dice un niño en tono de orgullo. El entretenimiento principal de los niños hoy en día proviene de una pantalla. Experiencia distorsionada y secundaria de la realidad, que únicamente ejerce sobre dos de los sentidos. Existe una fe ilusoria y un fanatismo por la tecnología que no permite el acercamiento al mundo natural a los niños y les genera empatía por las plantas y animales. Los padres también tienen su parte de culpa, ya que este trastorno de déficit de naturaleza, también afecta a más y más adultos, adultos jóvenes y en particular a padres, por lo tanto los niños encontraran todavía más difícil el papel de jugar en la naturaleza.
El papel de algunos medios de comunicación con una cobertura mediática sobre los riesgos para los niños como, la inseguridad, el miedo a los extraños, a las garrapatas, a los escarabajos, a las diligentes hormigas, a las audaces arañas, a las furtivas cucarachas, a los extraviados mosquitos, y a los virus del Nilo Occidental, convierte a los padres más protectores y los hace reacios a dejar que sus hijos jueguen ( sin sprays venenosos) al aire libre fuera de casa o a que vayan andando al colegio solos.
El desarrollo urbano y el estilo de vida occidental, ( urbano y sedentario ) se ha comido zonas naturales y el tema de la responsabilidad, mantiene a los niños lejos de los espacios verdes que quedan. Las visitas a parques nacionales han descendido y, para colmo de males, algunos colegios han acortado el recreo, con lo que los niños pasan poco tiempo al aire libre durante la semana.
" La exposición a entornos naturales reduce el estrés, estimula la creatividad y el desarrollo cognitivo y .... agudiza todos los sentidos " ( Richard Louv )
El territorio recorrido por un niño de los 90 es una novena parte del territorio explorado por un niño de los 70. Como consecuencia, la obesidad prolifera en los niños, así como los trastornos de atención, la hiperactividad e, incluso, la depresión. No se trata de una nueva enfermedad que se pueda tratar con medicamentos, sino de un trastorno social”, nos explica Louv. “Estamos hablando esencialmente de las mismas dolencias que aquejan a los animales cuando les sacas de su hábitat natural y los encierras en un zoo o en un laboratorio. Tan sólo existe una cura posible: la vitamina N, de Naturaleza”.
“ En esta sociedad que hemos creado, cualquiera diría que para ser adultos hay que dejar atrás la naturaleza. No nos damos cuenta de lo mucho que necesitamos los entornos naturales en nuestra actividad diaria. Me gustaría ver en marcha un movimiento, similar al que existe ya entre los educadores y los padres, para traer la naturaleza a los barrios, a los hogares y a los lugares de trabajo. Somos mucho más productivos y creativos cuando estamos en nuestro hábitat, la naturaleza.
Louv reúne infinidad de pruebas —lo que en Scientific American (revista de divulgación científica ) llamaron <<acres de evidencia >> - que demuestran la necesidad de volver a poner a los niños en contacto con la naturaleza.
Al darle la oportunidad a un niño de enfrentarse a la vida silvestre, de mojarse los pies, caminar sobre el césped y ensuciarse las manos, aporta mucho más a su confianza, a su creatividad y espiritualidad. ¿Qué pasa con los niños que no tienen estas oportunidades? Baja agudeza de los 5 sentidos que no son estimulados lo suficiente, la Tablet o pantalla solo estimulan 2 sentidos y no es lo mismo que el tacto de la tierra o la belleza de la naturaleza en el que se involucran todos los sentidos a la vez.
Para resumir, los niños que tienen acceso a la naturaleza y al aire libre aprenden mejor, son más calmados, se comportan más adecuadamente, son mas creativos y dominan mejor el pensamiento critico. Pasar tiempo en la naturaleza llena sus déficits físicos, emocionales y espirituales .Además, la naturaleza necesita a los niños también.
" Los niños viven través de sus sentidos. Las experiencias sensoriales conectan la vida exterior con el mundo interior, escondido y emotivo. Para el desarrollo emocional es esencial la libertad de jugar y explorar el mundo natural: la fuente principal de todo estímulo sensorial. Los niños se ponen a prueba interactuando con su entorno, activando su potencial y reconstruyendo la cultura.” - Robin Moore de National Learning Initiative
Sin embargo, los John Muirs, los Yann Arthus Bertrand, las Raquel Carsons , las Jane Goodall, de la próxima generación están encerrados en sus casas. Privados en la infancia de la inspiración procedente de explorar libremente el mundo natural, son incapaces de ver la naturaleza como parte de su vida. ¿La solución? Lo que Louv denomina, «la reunión naturaleza-niño» que devuelva a los niños al exterior. " El último niño en los bosques” ha creado todo un movimiento de vuelta a la naturaleza, encabezado por la " red de niños por la natura ". Los clubs de familia en la naturaleza brotan por doquier, y en la escuelas surgen programas como "ningún niño se quede en el interior ", para garantizar que los niños gozen de suficientes horas al aire libre. Los huertos escolares se propagan como esporas en ciudades como Nueva York, y en Escocia y el Reino Unido empiezan a popularizarse las guarderías en el bosque. La corriente llega también ahora a España y otros países .
Los poetas y shamanes llevan cientos de años describiendo el efecto de la naturaleza sobre la salud y el desarrollo humano. Richard Louv ahora presenta los beneficios evidenciados por académicos, pedagogos y activistas ambientales. Para mencionar solo algunos:
· El juego en la naturaleza tiene afectos beneficios sobre la coordinación, el desarrollo de los cinco sentidos , en la destreza manual y la motricidad fina, la percepción de la profundidad y ubicación en el espacio.
· El juego en la naturaleza aumenta la autoestima y reduce los niveles de estrés. Los niños aprenden la autodisciplina, la gestión de riesgos y peligros, evaluar sus propias limitaciones y la experiencia de la verdadera libertad.
1 comentarios:
Interesantísimo.. reafirma mi modo de pensar, me vuelve a mi infancia en Colonia.
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