No hay una dieta o estilo de vida correcto o incorrecto para todos por igual. Fue el Dr. James D’Adamo quien observó, tras diversos estudios, que no todo el mundo respondía de la misma manera ante un mismo alimento.
Pensó que, como la sangre es la fuente principal de nutrición en el organismo, quizás tuviera algún aspecto capaz de ayudar a identificar esas diferencias. Puso a prueba esta teoría analizando el tipo de sangre de sus pacientes, y observando las reacciones individuales cuando se les prescribían dietas diferentes.
Fue su hijo, el Dr. Peter D’Adamo, médico naturista estadounidense, quien seguiría investigando sobre la relación entre el tipo de sangre, y las alternativas de dieta y estilo de vida, que ayudaran a mejorar nuestra salud.
El grupo sanguíneo es una “huella digital” genética, que lo identifica tan claramente como su ADN. La clave de la importancia del tipo de sangre se puede encontrar en la historia de la evolución humana.
Muchos de los beneficios que apreciaron los pacientes que el Dr. Peter D’Adamo trató con esta dieta, fueron: El aumento de la energía, pérdida de peso, alivio de los trastornos digestivos, y mejora de las afecciones crónicas, como el asma, jaquecas, acidez, etc. También se ha comprobado que el grupo sanguíneo tiene que ver con la eficacia de nuestras defensas, frente a ciertos gérmenes patógenos.
El grupo 0 seria el cazador, apareció hace unos 40.000 años. Su sistema digestivo está adaptado a una dieta rica en proteínas animales, y a los vegetales que pudieron encontrar. Los lácteos y cereales todavía no formaban parte de nuestra dieta, ya que la agricultura y ganadería no aparecen hasta unos 30.000 años más tarde.
El siguiente en aparecer seria el grupo A, que surgió con las primeras sociedades agrícolas, cuya alimentación se basaba en el consumo de cereales y vegetales, que procedían especialmente de Asia y Oriente Medio, entre los años 25.000 y 15.000 a.C.
El grupo B se desarrolló entre los años 10.000 y 15.000 a.C., en la región montañosa del Himalaya, perteneciente hoy en día al Pakistán y la India. La dieta del grupo B es equilibrada y sana, e incluye una amplia variedad de alimentos, tanto del reino vegetal como animal.
El grupo AB, con menos de mil años de antigüedad, es biológicamente complejo y raro. No encaja fácilmente en ninguna de las otras categorías. Los antígenos múltiples, a veces, hacen que el tipo AB se parezca al A, al B y, otras veces, a una fusión de ambos. Básicamente, la mayoría de los alimentos que están contraindicados para el tipo A o B, probablemente no sean convenientes para el tipo AB, aunque hay algunas excepciones.
En resumen, Peter D’Adamo clasifica los alimentos, en relación con los cuatro grupos sanguíneos, en:
• Alimentos beneficiosos, que son los que desarrollan un papel nutricional óptimo, asegurando además, una actividad antioxidante y anticancerígena. Podríamos decir, que son “Alimentos Medicinales”.
• El segundo grupo serian los alimentos neutros, que llevan a cabo un papel meramente nutritivo.
• El tercer grupo son los alimentos no aconsejables, que son los que contienen sustancias no digeribles para las personas de un determinado grupo sanguíneo, debido a sus lectinas específicas, porque provocan la reacción defensiva del sistema inmune, que las aglutina para poder luego eliminarlas. Las lectinas son proteínas abundantes y diversas que se encuentran en los alimentos, y tienen propiedades aglutinantes que afectan a la sangre.
En mi opinión, en el campo de la alimentación, debido a mis años de experiencia, tanto en dietas de adelgazamiento como en todo tipo de dietas, tanto depurativas, dietas de salud, en embarazadas, etc., hay que saber adaptar cada tipo de alimentación a cada persona. Nada es bueno ni malo, no existe una alimentación mejor ni peor; depende de las necesidades fisiológicas de cada persona, actividad física, tipo de patología,…
Al llevar a la práctica la dieta del grupo sanguíneo, he obtenido excelentes resultados. Lo cierto es que la alimentación es muy importante en los tiempos que corren; saber cómo comer y qué debemos comer, es casi una obligación más, que deberíamos de tener los seres humanos. Es importante hacernos conscientes, de que podríamos evitar muchos tipos de patologías, si lleváramos unos hábitos correctos.
Isabel García Martín
2 comentarios:
muy buena nota. me encanto. hay tanto por investigar y aprender de nosotros mismos. gracias. por ponerla. enrique silvera
¿Y cuales serían esas dietas para cada grupo sanguineo? ¿donde las encuentro y quien las creó y experimentó? Gracias por las informaciones que me faltan.
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