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Europa quiere un campo verde

Cuando empiece a amanecer y  aclarar el horizonte ...Despierten Uruguayos y Uruguayas ,despierten .... Por favor !!!  dejen un poco el Facebook , Wasap ... apaguen el televisor y con el pleno uso de sus facultades intelectuales , humanas , criticas y rebeldes  , pónganse a pensar , a pensar en libertad , a escuchar otras voces, a otros periodistas, conocer otras opiniones certeras o equivocadas y  decidir que clase de  país queremos dejarle para las futuras generaciones que vendrán y tendrán que vivir en este lugar del mundo .
Esto esta sucediendo exactamente en estos momentos pero en otra parte del mundo , mientras en nuestro país el Uruguay Natural entre algunas cosas continua incrementándose en el campo  la plantación de Soja transgénica junto a todo su paquete de agro tóxicos, la instalación de mega plantas de celulosa junto a la deforestación del bosque nativo y a favor del  mono cultivo de eucaliptus en nuestras tierras ... Debemos aprender de los errores que cometieron  los países que van a la vanguardia del mundo y no cometer los mismos .

Europa quiere un campo verde

La reforma de la Política Agraria Común  prevé abonar 1.450 millones de euros este año en ayudas a la agricultura sostenible

Vidal Maté 4 ENE 2015 - 00:00 CET
 
           
 
       
          
                                    


La Unión Europea quiere que los 252.000 millones de euros que va a invertir en el campo hasta 2020 a través de la Política Agraria Común (PAC) sirvan para algo más que para engordar los balances de los agricultores. Con la reforma que ha entrado en vigor con el nuevo año, el 30% de los fondos europeos están destinados a ayudar a los propietarios que apliquen el greening (carta verde): medidas de agricultura sostenible que tengan un efecto positivo en el clima y el medio ambiente.
Aunque la reforma de 2014 ya incluía estas ayudas, con el nuevo reglamento europeo la sostenibilidad medioambiental se ha convertido en una parte mucho más importante de la PAC. No es solo que ahora un porcentaje mucho más importante de los pagos esté ligado al greening; además, los requisitos para acceder a esas subvenciones se han endurecido. Para poder acceder a una parte de esos 1.453 millones de euros que, este año, se dedicarán al greening en Europa, agricultores y ganaderos deberán cumplir, desde esta sementera, una serie de condiciones.

La primera exigencia es que el 5% de la extensión de las propiedades de más de 15 hectáreas deberá estar destinado a "superficies de interés ecológico". Este concepto incluye tierras en barbecho, reforestadas o con cultivos fijadores de nitrógeno, que pueden ser leguminosas en grano (como judías o garbanzos) o forrajeras, como la alfalfa.

La segunda exigencia  del greening es la diversificación de cultivos, con el fin de reducir su impacto ambiental. Los diferentes cereales cuentan como cultivos distintos, pero no las variedades del mismo grano (como pueden ser los trigos blandos o duros). Las exigencias son diferentes conforme el tamaño de la explotación: en los terrenos entre 10 y 30 hectáreas debe haber al menos dos cultivos, sin que el principal supere el 75% de la superficie total. Pero si la explotación supera las 30 hectáreas, son obligatorias tres variedades de cultivo; ninguna de ellas puede ocupar más de tres cuartas partes del terreno, y la suma de las dos más importantes no puede ser mayor a 95%.

Por ultimo la tercera exigencia , la reforma obliga a fijar cuál es la superficie del territorio permanentemente dedicada a pastos, que son importantes en el control del dióxido de carbono en la atmósfera. Europa definirá esa cifra a lo largo de 2015, y es la Administración de los países la que debe controlar que, en los años sucesivos, esa extensión no se reduzca más de un 5%. Si eso sucediera, el Estado está obligado a adoptar medidas para recuperar esos terrenos perdidos, lo que obligaría a restaurar superficies roturadas como pastos.


             

No todas las explotaciones están sujetas a estas exigencias medioambientales. Están exentos los pequeños agricultores, es decir, los que cobren ayudas directas por valor de menos de 1.250 euros al año.
Además, las nuevas reglas no se aplican a los agricultores dedicados a los cultivos ecólógicos ni los que exploten cultivos permanentes como olivar, viñedo, frutales o cítricos, por ser superficies que ya están contribuyendo a la mejora del medio ambiente.
Por el mismo motivo, tampoco deben cumplir las dedicadas a la explotación forrajera y las de cultivos sumergidos como el arroz, así como explotaciones situadas total o parcialmente en zonas de conservación ambiental.



  Fuente Original  Diario El País

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